miércoles, 13 de junio de 2012

Loco escritor


Otra loca idea de recordarte enfrenta el supuesto “ya te olvidé” y así las hojas tristes que dejó el otoño sobrevuelan mi cuerpo mientras camino solo en la calle. El invierno es tal cual un libro sin poemas y los días fríos una sombra al corazón.
El corresponsal de “los libros sin cabeza” de Houston, se comunicó con el escritor inconcluso y juntos procuraron abolir la esclavitud del desamor. Pero luego de unas cuantas notas que terminaron en el cesto de basura, se dieron cuenta que refutar un concepto tan sólido, sería simplemente una tortura.
Entonces pensaron en disminuir el sufrimiento prohibiendo la escritura de cartas que mencionen la palabra amor. Llegaron así, a empezar a borronear uno de los términos más usados e inexplicable de todos los tiempos de la humanidad. Consiguieron también, corregir los defectos del llanto e inventar las gotas de la esperanza sin un gramo de drogas. Todo parecía estar encaminado para que el desamor se transforme simplemente en una mala palabra y el amor, pase entonces, a los libros viejos ancestrales como una causa perdida. Pero la frivolidad de unos cuantos aventureros, llegó a desconectar al amor de las nobles causas y empezaron a enlazar tal concepto con manifiestos prohibidos. Todo esto envió a la basura el trabajo de estos humildes escritores que entendían que las sonrisas y las historias no se negocian. Fue así, que el mundo se llenó de austeridad, dejando empañada cada chance de resurgimiento. Cada libro pasó a ser un decorado propio de la desinteligencia mundial y en Houston cerraron las bibliotecas. Cada personaje vivirá a su manera, pero en estos tiempos modernos, jamás podrán hacer valer un corazón, porque todo es pasajero.
Otra loca idea, de un perfecto “no me olvides”.