lunes, 6 de mayo de 2013

Cambios



Que la libertad sea una secuela de esa rigidez con la que a veces caminamos. Que los paisajes sean menos efímeros que los documentos de oficina. Y que las caricias se apoderen de los “idealistas”, sin “ideas”.
Es tiempo de cambios, a gusto y piaccere de cada uno, pero cambios al fin. Ya nos quedará tiempo para discutir si no la llamé las veces que lo necesitaba, o si descuidé una relación por el simple hecho de creerme maduro. Quedarán allá atrás, en ese galpón de despilfarros, las angustias sin sentido, y un fuerte resplandor con recuerdos atravesados. Intentaremos las veces necesarias ceder maniobras por impulso, ante un simple beso.
¿Cuántas piedras más me tengo que comer en la vida para aprender? No lo se, a menos que descubra las verdades universales. Pero con esos conceptos, no podré competir frente al resto, y una vida sin esas tensiones, es aburrida.
Levantemos los brazos sin cansancio. Un jueves o un lunes a la noche en soledad, no le hace mal a nadie. Siempre y cuando, nos apoderemos de nuestros pensamientos y no caigamos en las certezas de Freud.
Los vientos se llenan de esperanzas, y cuando dejamos de sostener aquella foto que nos hace tan mal, nos levantamos. Nos aprovechamos de los quehaceres, y salimos apurados al trabajo. Que el semáforo no nos condicione y que la música de los celulares no nos falle. Es tiempo de cambios, y quedarnos atado a las presiones y tristezas, no mejorará nada.
Cambio tu espalda, por una carcajada. Cambio tus ojos, por un viaje en el bondi. Tus mejillas por una cena con los viejos. Tu pelo, por mis raros peinados. Tus manos, por un abrazo de gol en una canchita. Tu cintura, por un paseo con los bajitos del preescolar. Tus piernas, por una desesperada corrida para llegar temprano a esa cita, y luego descansar. Tus pies, no, aún no los cambio. Muchas gracias, pero me quedo con los míos.
Tantas vueltas tiene el destino, que ya me cansé de aceptar cada una de mis respuestas.
Es tiempo de cambios.
Tu mirada por la mía, y así, en cada esquina, se entrelazarán aún más, para llegar bien lejos. Religiones, razas, cantitos y muchedumbre. Arribando a los lugares más místicos del planeta, con la zamba o un buen tango. Esos ojos que eran míos, y que después fueron tuyos, llegaron a olvidarse del caos de la ciudad, y convencieron a las musas a formar parte de mi vida. De una de ellas me enamoré, y nada dejé. No fueron grandes diferencias estructurales, sino necesarias, para seguir entendiendo que amar cuesta cambios, y cambiar es creer en uno. Tranquila, que el sol también brilla en tus ojos, y cuando cierres las cortinas de esa ventana, aceptarás que lo logré, con una risa cómplice.

4 comentarios:

Reny dijo...

q genio!! excelente! felicitaciones una vez mas!

Anónimo dijo...

ME ENCANTÓ! Seguí escribiendo así! Te quieroooo!

Vane

Anónimo dijo...

Me hiciste emocionarrrr...
Gracias...de verdad!
Conseguis que cada vez me sienta mas orgullosa de vos! Te quiero amigo!
Candu

Anónimo dijo...

Muy lindo Leo! Segui escribieno q me encanta!
Yami